martes, 14 de octubre de 2014

'In the mood for love' de Wong Kar Wai


Por Tesa Vigal

'Deseando amar'. Wong Kar Wai, director de Hong Kong conocido en Europa a partir de “Chunking Express” de 1995, rodada en sólo dos semanas y que ya tiene las características principales de su cine: acción y diálogos frescos y espontáneos, como en la nouvelle vague francesa, pero fundida con un trasfondo poético muy marcado en la imagen y la atmósfera. 


Posteriormente, en 1997, recibió la palma de oro en el festival de Cannes por “Happy together”, una crónica de desencuentros amorosos, en una de esas relaciones amorosas, homosexual en este caso, en las que no se puede estar con el otro pero tampoco sin él.

“In the mood for love” ('en disposición de amar' del año 2000), traducido como Deseando amar, es poesía en movimiento. Y nunca mejor dicho. Esos pasillos de hotel que recorren los protagonistas llenándolos de pasión contenida… O los trayectos hasta el local donde venden comida preparada, o esos cigarrillos de humo interminable, de volutas de anhelo, ensueño, deseo y purificación. El humo y la atmósfera física y psíquica están presentes en sus películas de manera desbordante.

En pocas películas se ha plasmado de manera tan rotunda, como sugerente y rica, la turbamulta de sentimientos encontrados, sin que apenas se expresen con palabras. El espectador se queda prendido y con la boca abierta ante la gama de gestos, miradas y segundos que contienen mundos. Dan ganas de conocer a gente así, se despierta la sed de emociones, se pone en evidencia la pobreza o la limitación de los sentimientos más comunes.


Y la música claro, fundamental. Y dentro de ella, esa canción cantada en español por Nat King Cole y famosa en los años sesenta (cuando se desarrolla la historia) también en Hong Kong: “Quizás”. Al contrario que la canción, que parece querer escaparse como humo, uno se queda atrapado, sin poder escapar, en esa historia amorosa tan original y densa.

El tema de una intensa relación que nunca llega a expresarse físicamente, también es el de otra película tan original y emotiva como 'Lost in translation' de Sofía Coppola, aunque en esta película de Wai la atmósfera es aún más poderosa y densa, más poética y envolvente, más sugerente, hipnótica por momentos.


Pero además trata otro tema, que surge del motivo que les hace contactar (sus respectivas parejas son amantes), que es la indagación del sentido o sinsentido de la fidelidad. Y un deseo contradictorio de comprender a sus parejas por un lado, y no querer parecerse a ellas por otro. Como resultado de todas esas fuerzas emotivas surge una tierra de nadie, fronteriza y aparte, un mundo único donde se mueven y donde conectan a pesar de ellos mismos, donde se encuentran y se reconocen inevitablemente, donde son felices y desgraciados. Y el aire secreto que empapa su relación, no porque se escondan ya que nadie les vigila, nadie les pide cuentas, nadie les censura, sino porque apunta a la intimidad más recóndita de sí mismos. Allí donde se agita la fuente de las contradicciones internas, los sentimientos oscuros, los deseos desconocidos, el sueño tiñendo la realidad y la realidad tiñendo los sueños…


Ese tipo peculiar de secretos que roza lo mágico y lo potente, necesita de algún rito, de alguna clase de magia envuelta en niebla y humo, de nuevo, y de ahí esa mención al viejo ritual de contar en voz baja un secreto así, con los labios pegados en una grieta de un viejo templo, donde quedará depositado y seguirá su existencia desconocida, trasformándose quizás, moviéndose hacia otras regiones de la intimidad, alcanzando a otras terceras personas quizás. Quizás, quizás… Como el título y el estribillo de la canción.

Su última película “2046” del año 2004, retoma el tema de Deseando amar, pero indirectamente, partiendo del fondo de la historia y su personaje masculino protagonista, que aquí es un periodista que se aloja en la habitación de hotel 2046, que es la misma que usan en un momento de Deseando amar.

En esta película se habla de la vida amorosa del periodista, que es en realidad el mismo de Deseando amar. Su pasado, la mujer de Deseando amar, su presente, sus sueños y también las historias que imagina al escribir. Tiene por ello un aire más onírico y sin embargo con mucha más acción. Pero la redondez lograda en Deseando amar aquí no se consigue. Hay momentos mágicos pero en general queda más diluida la historia. Aún así también tiene esa propiedad atrapadora de todas sus películas.
   

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